GUITARRAS Y BAJOS ACÚSTICOS CONSTRUIDOS A MANO POR PEDRO OTEGUY LUTHIER: noviembre 2012

jueves, 22 de noviembre de 2012

Bajo electro - acústico de Algarrobo y Pino Abeto

El bajo acústico en el encuentro de músicos Jazz a la Calle, Enero de 2013, Mercedes, Uruguay.

Michael Pipoquinha

Michael Popoquinha probando el bajo acústico

Gerardo Alonso, gran bajista uruguayo.

Luthier Pedro Oteguy: “Una guitarra es una hija, es una obra de arte” por Francisco Abella

En ocasiones, el destino laboral está signado desde antes de nacer. Esas vidas fueron talladas por un objeto o una actividad que marcó el surco de sus antecesores. Pueden intentar transitar otros caminos. Incluso, durante un tiempo se niegan a realizar aquellas tareas que aparecieron predeterminadas en sus existencias, pero más tarde o más temprano asumirán el rol que su carga genética o su ambiente de crianza le concedieron. Algo de eso ocurrió con el actual luthier, docente y guitarrista lacazino Pedro Oteguy (30 años), quien durante un tiempo estudió ingeniería hasta que asumió que no podía escaparse del instrumento que marcó la vida de su padre, tíos y abuelo. Pedro no sólo se dedicó a ejecutar la guitarra con solvencia, sino que también pone su empeño en construirlas y trasmitir sus conocimientos en las aulas liceales.

-¿Por qué sos luthier?

-Porque tengo suerte. Si bien elegí serlo, después que me enganché me ha acompañado la suerte, porque nunca imaginé que iba a terminar construyendo instrumentos. Hace varios años leí una nota en el diario acerca de la carrera de luthería que se dicta en la UTU; vi las fotos, me enteré de lo que allí se hace y fui a probar. Estaba en un momento que no sabía para dónde disparar. Había abandonado la Facultad de Ingeniería y me había inscripto en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) para comenzar el profesorado de música. Estaba en un momento de transición. Para mi fue un descubrimiento.

-¿Alguien puede ser luthier sin ser músico?

-Pienso que el luthier debe tener nociones básicas (para arriba) de música y de ejecución del instrumento que va a crear, porque tiene que saber captar que el instrumento afine, que sea exacto para sacar las notas. Con la evolución de la construcción y de los materiales que va utilizando también surge un aprendizaje, una educación del oído para ver cómo reaccionan los diferentes tipos de maderas con la vibración y con el sonido, según los distintos instrumentos. Es un terreno nebuloso, porque uno cuando va a construir un instrumento, si sos un buen luthier y tenés experiencia, podés garantizar que el instrumento suene bien, que tenga un lindo sonido. Pero nunca vas a saber cómo va a hacer el sonido exacto del instrumento; eso recién lo vas a saber cuando el instrumento esté con las cuerdas y sonando.

-Antes de empezar a construir una guitarra, cuando tenés los materiales frente tuyo, ¿sabés qué tipo de guitarra saldrá de ese trabajo?

-Es una experimentación continua. Partís de un material orgánico; dos pedazos de madera de un mismo árbol van a reaccionar diferente según la densidad del material. Sabés qué características generales podrá tener a partir de los estudios generales de la luthería, pero difícilmente dos instrumentos se parezcan aunque tengan la misma madera. Según la madera podés encontrar variaciones en el sonido; a partir de algunas maderas podés lograr que unas guitarras tengan sonido más agudo, que sean más estridentes, que tengan más o menos potencia, que sean más dulces, que el sonido sea más puro o más claro, que se sostenga más… Hay un montón de variantes. Eso lo podés suponer o teorizar, pero hasta que no tengas el instrumento terminado no podés decir que esa guitarra suena de tal forma. Mientras la estás construyendo sólo podés imaginar las características, y al final podés lograr una guitarra que no imaginabas. Aparte de la manualidad, el luthier debe tener la condición de ir descubriendo y reconociendo que al modificar la forma de las maderas se variará inevitablemente el sonido. Hay que tener mucha memoria para saber qué cosas fuiste cambiando entre un instrumento y otro. Por ahora siempre estoy aprendiendo. Sé que con el tiempo se mejora. Yo busco un equilibrio entre el cliente, su pedido, las expectativas que tiene sobre el instrumento y lo que puedo dar.

-¿Qué pide un cliente a la hora de encargar una guitarra?

-Piden que la guitarra sea potente, que el sonido sea fuerte. A los clientes les digo las opciones de maderas que existen y los diferentes resultados que puede haber. Por ejemplo, si construyo una guitarra con arce o ciprés el sonido va a ser bien agudo o estridente, como una guitarra flamenca. Si hago una guitarra con jacarandá o palisandro, se obtendrá una guitarra clásica, con sonido más dulce.

-¿Existe la guitarra perfecta?

-No. Incluso las guitarras hechas con robots, con máquinas, no son mejores que las guitarras hechas a mano, y las manos no son perfectas.

-¿Cómo influyen las diferentes maderas en los sonidos?

-Eso es algo que todavía sigo descubriendo. Depende de las densidades, de las durezas, de los tiempos que llevan cortadas y de secado. Los espesores en la madera, cuando se va a ensamblar el instrumento, son muy importantes. Por ejemplo una madera que tiene muy poco espesor va a sonar más grave que una que tiene mayor espesor. Esas son leyes físicas. Uno ve la madera, la golpea, escucha el sonido cuando está en bruto y de a poco la va afinando, buscando llegar al sonido más óptimo. Eso se maneja con los espesores y las densidades de sonido que tengan las maderas. Una madera se puede afinar como si fuera una cuerda. Se puede buscar una nota que al golpearla sea exacta.

-¿Las guitarras que has fabricado se parecen entre ellas?

-Las guitarras que he hecho son todas diferentes. La primera la hice con materiales reciclados, con una puerta de madera de cedro que encontré en una volqueta, y para otra parte usé maderas que encontré en casa. Esa guitarra suena lindo, pero no tienen las potencias de las que he hecho últimamente. Uno va afinando el trabajo, perfeccionándose. El sonido se va mejorando, aparte por los materiales, porque con el tiempo uno comienza a buscar maderas preciosas, que son más finas.

-¿Cómo repercutió en tu actividad como músico el hecho que comenzaras a fabricar instrumentos?

-Como guitarrista empecé a descubrir un montón de cosas nuevas acerca del instrumento, sobre el sonido. Ahora soy más luthier que músico. Resulta un complemento bueno, porque se interesan por lo que estoy haciendo. En la música se avanza mucho, porque utilizás instrumentos a tu medida; agudizás más el oído.

-¿Qué se necesita para ser luthier?

-Hay que tener mucha paciencia y mucho tiempo. Como cualquier oficio demanda que te dediques entre seis y diez horas por día, porque sino no se avanza en el trabajo. Siempre hay que preparar las herramientas, afilarlas. Cada pieza lleva su tiempo, y si lo apurás lo más probable es que se te rompa o no quede cómo debe quedar.

Se debe aprender, más allá de la luthería, de la madera, que todo tiene su tiempo y hay que saber esperar. Hay que tener constancia. Dedicarse a esto es bastante difícil.

-¿Qué es una guitarra?

-Con el tiempo vas descubriendo que una guitarra es una hija, es un instrumento musical muy complejo a pesar de su simpleza aparente, es una obra de arte.

El luthier es un artista.